miércoles, 13 de marzo de 2013

Entrevista al diseñador gráfico Víctor Montalbán

Si alguna vez has observado con atención el logotipo de Arcade Producciones y se te ha dibujado una sonrisa en la cara, la culpa es de Víctor Montalbán, un joven diseñador gráfico que desde Zaragoza esculpe la mejor de las imágenes para pymes y empresas culturales. Afirma haber logrado un título en diseño sin apenas haber pisado las clases, y que lo que sabe, lo aprendió por su cuenta y riesgo. Sea como sea, ha desarrollado un estilo elegante y directo, con recursos en apariencia sencillos, pero que esconden mucho más de lo que muestran.

Todos tus trabajos comparten una serie de nexos comunes, parece que buscas un estilo muy simple, en el que prima siempre una buena idea, ¿lo ves así?

Creo que el estilo no se busca, si no que te encuentra. En mi caso, mi "estilo" no surge de un encuentro casual, sino de mis limitaciones. Soy un grafista horrible, ¡ni siquiera sé dibujar! Simplemente intento no complicarme y hacer lo que se me da mejor: ordenar y simplificar. Se podría decir que el resultado estético de mis proyectos es algo natural, para bien o para mal es mi forma de hacer las cosas, un reflejo de cómo pienso y cómo soy. 

Claro que no todo es estilo, también deben surgir las ideas, analizar bien los conceptos que deben representarse, y que la inspiración haga acto de presencia. También confío en el método, en un proceso creativo en el que cuando buscas representar ideas sigues un camino pautado. No se empieza a construir una casa por el tejado, ¿no? 

El diseño es una herramienta de comunicación, una forma de llegar a un público o de informar sobre algo. ¿Qué buscas transmitir con tu trabajo?

No sé si pretendo transmitir algo concreto. Sólo sé que el diseño es una herramienta para hacer el mundo un poco más amigable. Por ejemplo, cuando doy clases o talleres intento trasladar a los alumnos la verdadera naturaleza del diseño; en uno de los últimos talleres que impartí, rediseñamos los adoquines del Pilar, un dulce típico que históricamente arrastra un diseño cutre, y que lastra la imagen turística de Zaragoza. Los resultados del taller fueron muy positivos, y la mejor forma de demostrarles a los alumnos que el diseño tiene una función primordial en nuestra sociedad: ordenamos información, la hacemos accesible e identificable al público y otorgamos valor a aquello que diseñamos; ésa es para mi la verdadera misión del diseño.

¿Cuáles son tus mayores influencias en tus trabajos?

Como no soy bueno dibujando ni tengo mucha pericia con los ordenadores, me encuentro más cómodo con los recursos más sencillos de la imagen, y más seguro diseñando. Supongo que por el uso de la tipografía y la síntesis que practico podría ser considerado una especie de racionalista, al estilo suizo o alemán, aunque creo que tampoco encajo muy bien ahí. Me identifico más con diseñadores nacionales como Pati Núñez, Astrid Stavro, Mario Eskenazi, Eduardo del Fraile o Didac Ballester, aunque también recibo mucha influencia del estilo internacional, las vanguardias o la tradición de los pósters serigrafiados americanos. Pero no sólo recibo influencias del mundo del diseño, si sólo te nutres de diseño acabas viciado y contaminado de lo que hacen los demás, en vez de ser consciente de todo lo que puedes llegar a hacer. Por suerte, mis aficiones me aportan otras influencias: la fotografía, el cómic, la literatura y sobre todo el cine, me ayudan a ampliar horizontes. 

Trabajas con frecuencia en temas culturales: desde libros, cómics o pasquines literarios, a carteles para conciertos.Éxplícanos qué líneas sigues para trabajar, y qué te aportan.

Trabajo con temas culturales porque disfruto diseñando lo que consumo, es decir, yo soy también un cliente y un consumidor, por eso muchas veces me resulta divertido. Es como diseñar para uno mismo. La verdad es que muchos de mis proyectos los hago por iniciativa propia y me permiten investigar y probar cosas diferentes. Por ejemplo, leo bastantes cómics y, sin querer, acabé formando parte del equipo de Gato Negro, que ganó el premio al mejor fanzine en el Salón Internacional de Cómic de Barcelona 2010. Por supuesto, yo no dibujaba, pero diseñé la edición del fanzine y lo maqueté, supongo que puse mi granito de arena. Gato Negro se extinguió, pero ahora también maqueto otra revista de cómic, Thermozero, que lleva dos años seguidos estando nominada en la misma categoría. También hago junto al poeta visual pierre d. la elPoissonSoluble, un pasquín literario y visual en el me permito el lujo de cambiar de formato en cada nuevo número, el penúltimo tenía forma de zapato. 

Más relacionado con la música, diseñé un manual sobre ballet y danza clásica llamdo "Música en danza". El resultado fue un libro estupendo, con muy buenas críticas, gracias también a las ilustraciones de Álvaro Ortiz, que además es uno de mis mejores amigos. También he hecho varios carteles de conciertos, una excusa para experimentar y salirme de los cánones del diseño comercial; he hecho carteles para Louisiana, Kyoto, Tostadas, La Lata de Bombillas, el Muévete Weekend'10 y también para La Ley Seca. Cada uno es diferente.  Para La Lata de Bombillas me resulta fácil basarme en la propia sala, su ambiente y su público, así que suelen salir poco a poco, pero el resultado siempre representa muy bien a La Lata. Sin embargo, para La Ley Seca acabaron siendo una especie de ejercicio de diseño automático, algo más visceral; pensaba en la prohibición, en el sur, los animales y en el Jack Daniels con hielo, y en cuanto me quería dar cuenta, estaba hecho.

¿Cuál es tu nexo con la música? ¿Qué te gusta escuchar?

Desde que me levanto pongo un disco y la música no deja de sonar mientras trabajo. Es mi compañera cuando diseño. Mi gusto es un tanto ecléctico. Puedo pasar de Led Zeppelin a Bon Iver, de Interpol a Sufjan Stevens o de The Clash a Michael Nyman sin ningún tipo de pudor. Normalmente suelo escuchar música más tranquila y regular cuando trabajo en algo creativo, generalmente tiro de post-rock o folk: Mogwai, Balmorhea, Sun Kil Moon, Godspeed you black emperor, Early day miners, Yndi Halda, etc. Cuando hago algo más mecánico o constante es cuando me salgo un poco de esos patrones, escucho muchos grupos de los ochenta, sobre todo los más oscuros como Chameleons, Nick Cave, Smiths, The Sound o Joy Division. Tampoco puedo obviar que de adolescente me chiflaba el pop anglosajón: The Verve, Doves, Radiohead, etc. En fin, tiraré del manido "escucho de todo".

¿Cómo está el trabajo de diseñador, lo ves bien valorado? ¿Es difícil encontrar trabajo?

En Zaragoza hay una doble cara. Por un lado, se habla mucho de diseño desde las instituciones. Tenemos una Escuela Superior de Diseño nueva y bien equipada, otra escuela concertada en el centro, y la administración pública tiene varios programas para fomentar el diseño; sin embargo, son los empresarios los primeros en desconfiar de lo que pueden aportarles nuestro oficio. Por otro lado, se habla mucho del diseño aragonés, de la cantera, de jóvenes emprendedores. Pero después las instituciones son las primeras en delegar en empresas de fuera de Aragón cuando se trata de grandes proyectos, mientras que aquí los estudios, y mejores freelance, vemos escapar oportunidades. 

También tenemos problemas en la formación. La mayoría del profesorado oficial nunca ha ejercido de diseñador y por lo tanto sólo puede aportar conocimientos teóricos, sin base práctica, ni experiencia real; de manera que cuando un estudiante acaba su licenciatura o ciclo formativo, las oportunidades de buscar trabajo con un buen nivel son muy escasas. Como consecuencia, los estudiantes más capacitados emigran a ciudades como Madrid o Barcelona en busca de mejor formación, y de un puesto de empleo mejor valorado que aquí. Este éxodo tampoco nos conviene, sufrimos una especie de fuga de cerebros…

El intrusismo es otro problema. La figura del diseñador no es un operador informático que maneja Photoshop, es un técnico con cultura, conocimiento y motivaciones estéticas, una persona culta y capaz de identificar problemas y resolverlos a través de imágenes. Todavía hay empresarios que van a pedir presupuesto de un logotipo a una imprenta o a una copistería. ¡Ahí no hay diseñadores!

Con eso contesto también a la segunda pregunta: es muy difícil encontrar trabajo, ¡y más ahora! Todo empresario y emprendedor cuenta cada céntimo que se gastan y casi nunca el diseño está en su lista de prioridades. Por suerte, cada vez que un diseñador profesional consigue un cliente, conseguimos un embajador, un peldaño más en el reconocimiento de nuestra profesión. Al principio siempre hay dudas, pero en mi caso, con cada empresa o asociación con la que trabajo, repite. Repite porque el diseño es rentable y eficaz. Todo el que lea esto debe saber que el diseño fun-cio-na. Y si no lo hace, es porque no ha contratado a un profesional. 

Foto: Erica Fustero


- - - - - - - 
Tracklist de Víctor Montalbán:

01. Balmorhea - Harm and bloom
02. Sufjan Stevens - Chicago
03. Cat Power - Speak for me
04. Mogwai - 2 rights make 1 wrong
05. Doves - Darker
06. Explosions in the sky - Your hand in mine 
07. Blur - Sing
08. Godspeed you black emperor! - Sleep
09. Yndi Halda - We flood empty lakes
10. Interpol - Stella was a diver and she was always down

No hay comentarios:

Publicar un comentario